Los seres humanos nos caracterizamos, entre otras cosas, por contar historias. No importa la extensión, el género o el grado de complejidad, todas y cada una de ellas están contadas por alguien, y ese alguien es el narrador.

La selección del narrador es una de las cosas más importantes para un texto, ya que escoger el correcto va mucho más allá de saber si la historia será contada en primera, segunda o tercera persona.

Existen muchos tipos de narradores y —dependiendo de donde busques— podrás notar que les llaman con diversos nombres. Aquí mostraré los más comunes, pero antes debemos regresar a lo básico.

En la educación primaria aprendimos —espero— que los verbos se conjugan en primera, segunda y tercera persona del singular (yo, tu/vos, él/ella) y del plural (nosotros, ustedes/vosotros, ellos/ellas). En narrativa utilizamos principalmente los tres primeros (primera, segunda y tercera persona del singular); en muy raras ocasiones, la primera persona del plural; y en algunos blogs o manuales, la segunda persona del plural (ustedes/vosotros).

Como escritores —y también como lectores— muchas veces preferimos historias con un tipo de narrador en particular, aunque no sepamos por qué. Cada uno da un enfoque totalmente diferente, así que, entre más conozcamos lo que hacen, más herramientas tendremos para seleccionar el que mejor se adecue a la historia.

Si no sabes qué narrador usar, puedes preguntarte lo siguiente: ¿La historia está siendo contada mientras ocurre (en presente) o el narrador está contando lo que ya ocurrió (en pasado)? ¿El narrador es parte de la historia (protagonista u observador), o un observador externo?

Con eso en mente, veamos algunos de los narradores más comunes.

Narrador en primera persona

Un narrador en primera persona cuenta su propia experiencia, desde el yo. Es el que nos dice qué es lo que vio, escuchó, sintió y vivió a lo largo de la historia. Todo lo que el personaje narra está desde el filtro de su propia experiencia. Es importante recordar que este tipo de narrador no tiene acceso a los pensamientos de los demás. Lo que no ve, no escucha y no siente, no existe para él.

Veamos sus tipos principales:

Narrador protagonista

Es el personaje principal de la acción, y nos la cuenta desde su perspectiva. Existen tres versiones de este:

  1. Epistolar: Toda la historia está contada en a través de pedazos de escritos que han sido recolectados para formar la historia. Puede tratarse de entradas de diario, cartas, correos electrónicos, entre otros. Dracula, de Bram Stoker, y El diario de Greg, de Jeff Kinney, están escritos con esta técnica.
  2. Cinemático (monólogo interior): Aquí se asume que el protagonista no está escribiendo la historia, sino que la está narrando conforme ésta va ocurriendo. Es como si tuviésemos acceso a su mente a través de un implante, el cual nos provee de sus pensamientos en primera persona. Es una historia que va ocurriendo en el momento, y el protagonista/narrador no sabe el final de la misma. Aquí vemos el flujo de conciencia del protagonista (su pensamiento en bruto) y, en muchas ocasiones, vemos saltos en la coherencia del pensamiento. Esta historia siempre está contada en presente.
  3. Flashback: El protagonista de la historia es dos personajes a la vez: es el personaje actual que nos cuenta la historia de lo que vivió, y el personaje al que le ocurrieron los hechos. En este caso, el protagonista ya sabe cómo termina la historia, pues nos cuenta desde el recuerdo. Esta está principalmente contada en pasado. El nombre del viento, de Patrick Rothfuss, y La cabaña del tío Tom, de Harriet Beecher Stowe, utilizan esta técnica.

Narrador Testigo

Es un personaje con un papel indirecto, y cuenta, desde su punto de vista, lo que les ocurre a terceros. No es el personaje principal, pero si puede ser uno de los secundarios. Existen tres tipos de narrador testigo.

  1. Testigo impersonal: Casi siempre en tiempo presente, se limita a contar lo que se ve, como si fuese una cámara.
  2. Testigo presencial: Narra los hechos ocurridos en el pasado, los cuales presenció.
  3. Informante: Cuenta la historia como si estuviese transcribiendo los hechos, como si se tratase de un documento oficial o una crónica, presentándolos como auténticos.

Narrador en segunda persona

Este tipo de narrador se caracteriza por explicarle una historia a una persona en concreto, y parece hacer al lector el protagonista de la misma. Es un tipo de narrador poco usado porque puede ser cansado y difícil de mantener la atención del lector, y se recomienda únicamente para historias relativamente cortas o para el tipo de libros de “escoge tu propia historia”. Existen dos variantes de este narrador.

  1. Epistolar: como si todo estuviese narrado por cartas dirigidas a un destinatario.
  2. Diálogo unilateral: en el que básicamente el narrador habla y el otro escucha, a veces haciendo ver que se responde a preguntas formuladas por el oyente.

Entre las obras en segunda persona podemos citar La Caída, de Albert Camus, y Aura, de Carlos Fuentes.

Narrador en tercera persona

Aquí existen, principalmente, dos tipos: uno que lo sabe todo de todos, y el otro que solo sigue a un personaje.

Omnisciente

El narrador omnisciente ve y sabe todo, y narra la historia desde la perspectiva del narrador —que puede ser el mismo autor—. Los lectores lo aceptan sin siquiera preguntarse quién está contando la historia, ya que este tipo de narrador rara vez es caracterizado.

Este narrador no cuenta la historia desde la perspectiva de ningún personaje, sino que relata los hechos de manera objetiva al lector. Se asume que el narrador omnisciente ya sabe cómo termina la historia; puede conocer los pensamientos y motivaciones de todos los personajes —un solo personaje en cada párrafo—; y puede narrar en presente o en pasado. Dunas, de Frank Herbert, es un excelente ejemplo de narrador Omnisciente.

Equisciente

Este narrador cuenta la historia en tercera persona, desde la perspectiva de un solo personaje en esa escena o capítulo, y con acceso a sus pensamientos. El narrador equisciente solo puede revelarnos lo que el personaje sabe, deduce o intuye, pero no puede entrar a la cabeza de otro personaje, ni revelarnos lo que ocurre en otro lugar. John Katzenbach utilizó esta técnica en El psicoanalista.

Narradores múltiples

Cuando hablamos de narradores múltiples, usualmente pensamos en novelas que tiene dos o tres personajes en primera persona (como gran parte de las novelas rosa), o en varios personajes en tercera persona (como en Juego de tronos, de George R. R. Martin), pero hay muchas otras combinaciones posibles.

Conocer lo que hace cada tipo de narrador nos da más herramientas para proporcionar —u ocultar— información al lector. Esto puede hacerse utilizando más de un tipo de narrador en la historia.

Aunque Dunas está escrito principalmente en tercera persona omnisciente, todos los capítulos tienen un “epígrafe” en formato epistolar.

El marco narrativo de El nombre del viento, de Patrick Rothfuss, está en tercera persona equisciente pero, cuando el personaje narra, entramos a la primera persona “flashback”, que es donde ocurre casi toda la historia.

Diablo guardián, de Xavier Velasco, cuenta la historia a través de dos personajes, los cuales alternan capítulos: los de Violeta, en primera persona cinemática (monólogo interior), y los de Pig, en tercera persona equisciente.

La historiadora, de Elizabeth Kostova, está escrito en primera persona protagonista, flashback, pero utiliza el formato epistolar con regularidad, para proporcionar información al lector y a la protagonista, en forma de entradas de diario, recortes de periódico y citas de libros, entre otros.

Yo estoy trabajando en un cuento corto que alterna la perspectiva de los tres personajes: uno en primera persona cinemática, otro en segunda persona en diálogo unilateral y el último en tercera persona equisciente. Ha sido un reto interesante.

¿Con qué narrador (o narradores) harás tu próxima historia?

×